viernes, 1 de enero de 2010

Comenzamos así...

Yo soy de las personas que cuando ve una película de terror se queda dormido. No es que no tenga miedo a nada (a veces cuando bajo por las escaleras a las 3:00 am y volteo hacia la mampara me imagino que alguien me mira desde el jardín), pero la verdad es que ese género del cine no es de los que más admire.

Además de no gustarme las películas de terror, las historias de fantasmas me aburren. Siento que me van a decir cualquier cosa sobrenatural (que son fáciles de inventar) y que van a terminar en un "y desde entonces, en ese lugar..". Bueno, es posible que lo irreal sin sentido no sea de lo que más me guste. Por ejemplo, ficciones como Star Wars, El Señor de los Anillos y Lost me encantan porque te muestran de manera metafórica cuestiones cotidianas de la vida. Ver esas películas son tan ricas en contenido como escuchar a un veterano de guerra hablar sobre sus anécdotas en el campo de batalla.

Bueno, si bien no me gustan las películas de terror ni las historias de fantasmas, inferirán que odio contar alguna historia de terror. No solo porque soy malo narrando historias (principalmente porque la memoria no la uso en cuentos, asi que normalmente no cuento bien porque me olvido de muchas partes), sino porque en general me aburre.

El aburrimiento es un estado del cuerpo que está asociado al disgusto: el disgusto produce quietud, esta produce que el corazón no bombee sufieciente sangre por lo que la persona bosteza bastante. El disgusto es una emoción negativa (asu...que novedoso!), pero mi pregunta es: el disgusto, el aburrimiento, ¿fueron sentimientos innantos al ser humano?, ¿cómo el hombre comenzó a conocerlos?, si sabe que algunos son buenos y otros malos, ¿por qué hace cosas que producen los malos sentimientos?

Sin lugar a duda el humano es muy complicado y a mi no me gustan las historias de terror. Pero hoy quiero contarte una historia, una muy rara. No es un drama, no es una ficción, no es una romántica ni una humorística. Es una mezcla de todas, y cada etapa de este cuento tiene partes de cada género (definitivamente si por "La Constante" me merezco un Nobel de la Paz, por esto me mereceré un Nobel de Literatura por ser el primer intento de escribir una obra que incluya todos los género literários). Esta historia se llama "La antropocultura". Fue una idea nueva que tuve hace un tiempo, pero recien hace unos días me animé a darle forma y a presentarte su nombre. Aún no la he terminado, pero está separada en 2 partes. Les propongo primero entender el título y luego ir especulando qué puede querer mostrar el cuento (jajajajaja, hablo como si mi historia fuera la más esperada del siglo). Espero tener la primera parte terminada lo antes posible y que sea del agrado de las menos de 10 personas que espero que lo lean.

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